Cuando se habla de inventario en la red logística y en general en la operación de cualquier negocio del sector real, son muchas las percepciones y roles que se deben comprender, tanto desde la oferta de proveedores y manufactura, como la demanda en clientes y consumidores.
Definir la política de inventario implica, entre otros, determinar para cada SKU el suministro óptimo, cantidad, lugar y modelo de reabastecimiento en cada nodo de la red. Pero también es mantener el balance adecuado costo – servicio, para alcanzar las ventas y contribución del objetivo, sin exceder la cantidad requerida y el gasto presupuestado.
La política debe estar atada fundamentalmente a la definición de la ruta de mercado, el portafolio, el nivel de servicio, actividades de promoción y comerciales, pero sobre todo, la prioridad de la calidad de atención al cliente.
En una red logística moderna, resolver óptimamente es más desafiante debido a la complejidad actual, que tiene entre otros, más nodos en la red, más canales y nodos de almacenamiento; más puntos de contacto y sobre todo el consumidor tiene más información disponible, por diferentes medios, tanto de la marca, como del desempeño del producto o de los canales de compra.
Con la tecnología de hoy día, hasta una tienda pequeña puede llevar indicadores de rotación, registrar el consumo o la contribución, entre otros elementos claves a la hora de definir una política de inventario óptima.
Con la multiplicidad de canales y puntos de venta que se usan hoy día, pretender asignar inventario de cada producto en cada nodo es poco práctico, complejo de administrar y muy costoso. Suele estar amarrado a la forma tradicional de operar, enmarcado en el paradigma que presionaba que “si no tengo el inventario no puedo vender”. Si Amazon hubiera pensado así, ¿Cómo creen que estaría actualmente?
El reto de la nueva realidad de cualquier red logística es la visibilidad, tanto de ventas como de inventarios. En la configuración de la red y la definición de la política, se determina cuánto, cuándo y cómo desplegar el inventario a los diferentes nodos que se ha definido abastecer acorde a la política de servicio y suministro acordada.
Sin embargo, para poder determinarlo óptimamente es clave saber cuánto inventario hay en los diferentes nodos de la cadena y cómo ha sido la venta o consumo. Esta visibilidad puede considerarse en 3 niveles.
Visibilidad Interna: aunque parezca sorprendente, es más frecuente de lo que se cree, no se conoce con exactitud el inventario que hay en los nodos propios, es decir en los CDs, bodegas de sus plantas, puntos de almacenamiento o puntos de venta directa si los tiene. En reiteradas ocasiones llegan a los diferentes nodos productos que no rotan o por el contrario, no llegan algunos de los requeridos por diferentes razones.
Los errores podrían casi desaparecer si fuera visible el consumo y estuviera conciliado tanto con la posición, como con el inventario disponible. En la posición de inventario se contempla la demanda comprometida y el inventario en tránsito, obteniendo la necesidad neta.
Así al momento de surtir un almacén no se hace con la expectativa de venta o del pedido del administrador, sino con el balance de la necesidad según el nivel de servicio, pero para lograrlo es clave la visibilidad y exactitud del inventario.
Visibilidad aliados: una segunda línea a trabajar es compartir y hacer visible información con otros miembros de la cadena logística, pero fuera de su empresa. Se deben identificar aquellos aliados claves, con quienes se mantengan acuerdos de colaboración, en particular canales de distribución como mayoristas, distribuidores y cadenas.
Varias son las prácticas y paradigmas que deben ajustarse, las dos más importantes: el hecho mismo de colaborar entregando información que es usualmente la dificultad más grande, por el temor del canal a la desintermediación y que conozcan sus clientes.
La segunda es el compromiso del productor o generador, de usarla para garantizar un mejor y más adecuado balance de ventas e inventario de la cadena y no solo propias. Es decir, cancelar prácticas como empujar producto por necesidad de cumplir una meta de ventas, rebates asociados a la compra y no a la venta (sell in vs sell out), enviar producto de baja rotación por completar una cuota, entre otras.
Para un productor, tener cercanía con la información de entrega al consumidor es un valor que reduce la distorsión de la venta al canal y el inventario en la red, identificando más precisamente cuál es el consumo y rotación de los diferentes productos y así disminuir situaciones como el efecto látigo, devoluciones o vencimiento de producto, pero debe ser claro que el beneficio no es individual. El hecho es que el nuevo mecanismo de surtido no es un pedido tradicional del canal o del vendedor.
También es clave compartir información con proveedores, indicando planes de producción, necesidades de incremento/decremento de inventario, para que conjuntamente se ajuste según el requerimiento.
Cuando se comparte información, no es menos relevante precisar, protocolos, formatos y vía de comunicación que en ocasiones son traba operacional, que afecta confiabilidad y productividad.
Visibilidad externa: en estas épocas de omnicanalidad, donde los consumidores tienen además múltiples opciones de conocer un producto, su rendimiento, lugares y modos de compra, se hace necesario revitalizar y mantener una línea completa de información en los diferentes medios.
Por ello se hace más necesario mantener un tercer nivel de comunicación que implica compartir información con canales detallistas y eventualmente algunos consumidores. Por ejemplo, si se comercializa alimentos, un socio clave puede ser una cadena de restaurantes o una cadena de tiendas.
Si la industria es de productos de belleza, una cadena de peluquerías o farmacias, podrían ser unos aliados claves en la medición del desempeño de su portafolio. Estos pueden brindar información distinta porque aquí la cercanía al consumo es el diferencial.
Se puede ir más allá, por ejemplo, que el productor invierta en desarrollos de TI, herramientas de punto de venta o alianzas con compañías que ofrezcan este tipo de soluciones que faciliten al tendero administrar el negocio y tener un mejor control general incluyendo todas las categorías que maneje a cambio de compartir información.
¿Qué hay con las ventas en canales electrónicos?
La visibilidad va más allá de la planeación de suministro, un desafío moderno de la omnicanalidad es atender los diferentes modos de entrega: A domicilio, en almacén, en punto de recogida o en casillero. Si bien esta es una complejidad logística adicional, en particular la entrega a domicilio, el tener visible la localización de inventario abre una nueva ventana de servicio y es que, al momento de concretar la venta, se puedan ofrecer diferentes opciones de recogida entre los puntos que tenga mapeados.
Así se podría reducir el costo logístico y tiempo de entrega, aprovechando la ubicación del producto. Muchos temas se deben resolver, desde aspectos comerciales, comunicación, comisiones, entrega, devolución, servicio al cliente, en fin, el hecho es que sin visibilidad no se puede implementar.
En conclusión, los retos clásicos de la gestión de inventario son más complejos que antes, sin embargo, hay nuevas herramientas que permiten solventarlos, pero sin visibilidad se pierde gran parte del esfuerzo.
Con la información correcta y la visibilidad adecuada, la oportunidad de beneficios es muy grande, además los modelos y herramientas tradicionales se potencializan. Por ello, el mayor desafío es cómo visibilizar información de su red logística y utilizarla para su óptima gestión.
15-03-2021 / GS1 Perú