Una conversación tensa y difícil puede escalar rápidamente y ponernos en un nivel emocional difícil de controlar. El desacuerdo puede sentirse como una amenaza, el temor de tener que entregar o ceder algo. Este temor a perder tiene el efecto de generar en el cuerpo una actitud de pelea al activar el sistema nervioso simpático.
Esta es una respuesta natural, pero el problema está en que nuestro cuerpo y mente no son exactamente buenos para discernir entre amenazas como no conseguir la aprobación de un proyecto y ser perseguidos por un oso. La aceleración de tus latidos y respiración, la tensión muscular, el movimiento de la sangre alejándose de órganos vitales, todo esto nos hace sentir muy incómodos.
Respira. Las técnicas sencillas de meditación pueden ser tus mejores aliadas en estas situaciones tensas, además ninguna es más simple y accesible que respirar. Entonces, cuando empieces a notar que estás volviéndote tenso, intenta enfocarte en tu respiración. Sentir la sensación de respirar captará tu atención fuera de los signos de alteración y te mantendrá centrado.
Concéntrate en tu cuerpo. Quedarte sentado y quieto mientras estás teniendo una conversación complicada puede ayudar a que las emociones se acentúen antes que ayudar a calmarlas. Los expertos indican que estar de pie y caminar ayuda a activar la parte pensante de tu cerebro. Si estás sosteniendo la conversación en una mesa con otra persona, coméntale que quieres estirar un poco las piernas y caminar.
Tómate un respiro. Mientras más tiempo te des a ti mismo para procesar tus emociones, menos intensas van a ser. Entonces, cuando las cosas se pongan calientes puede que necesitas excusarte un momento. Salir a tomarte un vaso con agua o una taza de café, ir al baño o caminar un poco en la oficina. Recuerda dar una razón neutra al momento de excusarte, lo último que quisieras es dar el mensaje que quieres salir de ahí lo antes posible.
15-03-2018 / GS1 Perú