Innovar sin lugar a duda requiere un riesgo, pero ¿realmente conocemos sus alcances y no estamos romantizando el concepto? Muchos ejecutivos necesitan idealizar menos el concepto y pensar más en lo aprendido de las malas decisiones luego de haberlas tomado. Revisemos cuáles son los errores más comunes cuando hablamos de la palabra riesgo.
Pensar que actuar de inmediato es el mayor riesgo. En la mayoría de los casos, la acción más arriesgada es no hacer nada. Debido al cambiante ritmo de los negocios y cambios de tendencias, detenerse provoca quedarse atrás frente a los rivales actuales y emergentes. En la inversión de proyectos, además de invertir en los proyectos con valores netos positivos, apostar por proyectos con proyecciones marginales también es mejor que optar por la inacción.
Considerar que los mejores emprendedores buscan riesgos. Esto no es cierto porque los buenos emprendedores saben que hay un riesgo inherente en crear nuevos negocios. Está demostrado que la mayoría de los nuevos negocios fracasan, y los que triunfan lo hacen de manera suficiente como para que el emprendedor reciba un justo retorno. Los buenos emprendedores destacan no por la toma de riesgos, sino por su buena gestión.
Festejar los desaciertos para animarse a asumir riesgos. Es cierto que no puede existir la innovación sin riesgo. Sin embargo, eso no implica que en caso de fracasar se deba de celebrar. Muchas veces la gente fracasa por no realizar sus obligaciones y otras porque carecía de la habilidad o experiencia requerida. En lugar de celebrar el fracaso, los ejecutivos deberían reconocer que el camino al éxito no es una línea recta y que está construido a base de tropiezos y malos inicios.
Suponer que premiar los éxitos impulsará la toma de riesgos. La falta de premios no es lo que frena la innovación, es la presencia de castigos. Las compañías orientadas a la ejecución suelen premiar a los empleados que consigan las metas y castiguen a quienes no. La incertidumbre que acompaña a la innovación implica que a pesar de hacer un buen trabajo, este fracase. Si este esfuerzo lleva un duro castigo, nadie asumirá riesgos. Las empresas deben prepararse para pensar y actuar de manera distinta.
28-06-2018 / GS1 Perú