La Cuarta Revolución Industrial (4RI) y la transición a la Industria 4.0 (I4.0) merecen una interpretación controvertida desde el punto de vista del impacto sobre el Cambio Climático Global (CCG). El impacto negativo está asociado al aumento de la capacidad productiva y la aceleración del crecimiento económico digital, aumentando la influencia antrópica negativa sobre el medio ambiente. Sabido es que la automatización y la tecnocracia conducen a un aumento crítico en el consumo de energía.
La sociedad de la información no está dispuesta a renunciar a los beneficios habituales en aras de salvar la naturaleza, al menos en la etapa actual de su desarrollo. La I4.0 seguirá mostrándose, ya sea provocando una crisis ambiental mundial o superándola con la ayuda del apoyo tecnológico para la producción y el consumo responsables. La ciencia no puede predecir la elección que hará la humanidad, más sí puede predecir las consecuencias probables de cada una de las alternativas disponibles para el desarrollo de la I4.0 y ofrecer soluciones prometedoras con el propósito de utilizar la capacidad de la Industria 4.0 para combatir el CCG.
Con el reconocimiento internacional de la cobertura integral del CCG, en 2015 se adoptaron los Objetivos Globales de Desarrollo Sostenible (OGDS), que marcaron el inicio de una verdadera solución a este problema al reducir los costos ambientales de la economía global. En la actualidad se han lanzado e implementado activamente programas nacionales con el objeto de digitalizar la economía y la transición a la I4.0. Así, el CCG es la nueva realidad de nuestro tiempo en transición hacia la I4.0. Los programas de digitalización de las economías de los países del mundo deberán aunar esfuerzos y estrategias nacionales de desarrollo sostenible para evitar una catástrofe ambiental anunciada.
Cambio Climático Global
El CCG es el factor externo clave que está a punto de jugar un papel importante en la actividad empresarial y la elaboración de su política, pues aumentará mayores riesgos para muchas empresas y para sus negocios, y en consecuencia, los costos de los seguros también crecerán. El CCG no es solo un problema ecológico, pues el clima está íntimamente relacionado con la actividad humana, por tanto, influye en los negocios de todo el mundo y lo hará aún más en el futuro, especialmente en el entorno logístico-empresarial.
En primer lugar, debido a que las condiciones climáticas extremas provocadas, se producirá un cambio en la disponibilidad de los recursos y en sus costos. Estas condiciones climáticas extremas lograrán romper las Cadenas Globales de Suministro y complicarán aún más, para las empresas modernas, los flujos logísticos de recursos y materiales; las sequías causarán escasez en las plantas agrícolas que se utilizan para la producción de alimentos, ropa y otros productos. Un aumento en los costos de energía aumentarán los costos logísticos de transporte. Las restricciones normativas sobre bienes relacionados con el CCG también aumentarán los costos.
Por tanto, la escasez o el agotamiento de los recursos naturales inducirá a las empresas a utilizar materiales alternativos y a recuperar, reutilizar y reciclar cada vez más residuos. En segundo lugar, el CCG logrará cambiar la estructura de la demanda en los mercados mundiales. Cada vez más consumidores preferirán productos ecológicos. En tercer lugar, a medida que aumenta la temperatura global y cambian las condiciones climáticas, las condiciones laborales en algunos sectores económicos pueden volverse más rígidas. El trabajo físico, especialmente al aire libre, se hará más difícil y aumentarán los riesgos para la salud y la seguridad en estos ámbitos. En consecuencia, los costos en estos sectores también aumentarán.
Por su parte, el problema de la eliminación y el reciclaje de desechos es un problema agudo para cualquier megalópolis. En la actualidad, las ciudades de todo el mundo producen al año alrededor de 1300 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos y, para 2025, se prevé que el volumen aumentará a 2200 millones de toneladas. Por tanto, la renovación de las “Reglas” que deben seguir las empresas jugará (y ya juega) el papel más importante.
A medida que la sociedad se torna más consciente del CCG, estará menos dispuesta a aceptar modelos de negocio que no se esfuercen por disminuir su impacto en el medio ambiente. Los consumidores adquirirán productos generados de forma sostenible o, al menos, que no deterioren el medio ambiente como los demás productos compatibles. Se espera que las empresas sean socialmente responsables y tomen medidas para hacer su actividad más respetuosa con el medio ambiente o para donar dinero a las agencias de protección ambiental. Por tanto, el CCG tiene consecuencias ecológicas, sociales, políticas y económicas.
El CCG es un problema mucho más serio que una simple preocupación ambiental, pues influirá profundamente en la esencia de los negocios en un futuro próximo. Las empresas enfrentarán problemas graves si no analizan su influencia y si no se toman algunas medidas para encontrar las soluciones adecuadas. Ya es hora que los líderes de las empresas reconsideren sus modelos de negocios. La idea más crucial es comprender que la adaptación aumenta los costos, pero la falta de adaptación costará aún más.
06-09-2022 / GS1 Perú