La Inteligencia Artificial (IA) ha irrumpido con mucha fuerza en el mundo de las finanzas aunque sus algoritmos, a veces sin control, podrían provocar inestabilidad en los mercados. Aunque sus algoritmos ya se usan desde hace una década para las llamadas transacciones de alta frecuencia en bolsa ya que el sistema automatiza algunas operaciones, como “vender” si las acciones llegan a cierto nivel o “comprar” si el Banco Central baja sus tasas de interés.
La Inteligencia Artificial (IA) con sus sistemas de aprendizaje automático (“machine learning”), es capaz de analizar miles de datos para detectar tendencias, correlaciones, previsiones y qué deciden por sí solos si compran o venden.
La consultora, Greenwich, indica que dentro de dos años más del 50% de las empresas del mercado, llegarían a utilizar los sistemas de aprendizaje automático. Los fondos de inversión, los gestores de activos lo usan para reducir el riesgo sobre la decisión de compra, en qué momento hacerlo y para qué cliente.
Las entidades bancarias también utilizan el aprendizaje automático para detectar fraudes y ataques informáticos, fijar el precio de un producto o analizar el perfil de los clientes atípicos a la hora de conceder préstamos.
También funciona como una herramienta para disminuir costos en el ámbito de tasas de interés negativas, que reduce los márgenes del negocio.
Los reguladores también la usan para encontrar posibles eventos catastróficos en los mercados, como la ola de quiebras del 2008, indica la CFTC, la agencia estadounidense que regula los mercados de futuros y opciones.
El banco central del Reino Unido reconoce en un informe que, aunque el aprendizaje automático no crea nuevos riesgos “puede amplificarlos”.
Vasar Dhar, profesor de la universidad NYU Stern y gestor de un fondo especulativo, cree que los sistemas automáticos son más confiables y seguros que los que utilizan los humanos, más expuestos al pánico y a los efectos de masa. “Los humanos no toman siempre las mejores decisiones. A largo plazo, las máquinas lo hacen mejor”, indica.
Dhar también comenta que todos los sistemas de IA requieren de la presencia de un humano para corregir ciertas desviaciones y actuar en caso de urgencia.
“Cuando todo el mundo usa los mismos algoritmos y toma las mismas posiciones, el mercado puede quedar muy desequilibrado”, admite Dhar.
La IA también ayuda a evitar movimientos de pánico, más aún en un contexto de desinformación (“Fake news”) que pueda provocar “movimientos bursátiles en base a informaciones no confirmadas”, afirma Thierry Philipponnat, de la asociación Finance Watch.
Los financistas aún recuerdan el crac bursátil del 2010 en Nueva York, cuando el índice Dow Jones perdió más de 9% en 10 minutos. Este evento puso en relieve las transacciones de alta frecuencia y los riesgos de manipulación del mercado. En el 2016 la libra perdió 12% en dos minutos, provocando enormes pérdidas para algunas empresas.
Uno de los problemas del aprendizaje automático y la IA es que los programas no son capaces de explicar el "razonamiento" que les llevó a tomar una u otra decisión. Por eso el sector financiero requiere que la inteligencia artificial sea comprensible para los clientes y para los reguladores y que, al mismo tiempo, los humanos sigan siendo responsables.
03-12-2019 / GS1 Perú