Josep “Pep” Guardiola inició su carrera como futbolista en la cantera del FC Barcelona, y aunque sus logros como centrocampista no son nada desdeñables, su gestión como director técnico del equipo que lo formó son claramente admirables, resultándoles en 14 títulos en tan sólo cuatro años.
En su libro “Crear o Morir”, Andrés Oppenheimer describe la estrategia del DT como “innovar cuando se está ganando”, una dinámica que le permitió al Barcelona destacarse como uno de los equipos más competitivos a nivel internacional, revitalizando tanto la marca del club como las de sus jugadores.
Lo más relevante de esta transformación es que se realizó de adentro hacia afuera, fortaleciendo primero la institución para llevarla al éxito, y que a largo plazo siguen definiendo la historia y reputación del popular Barça.
1. Comprometerse con el proyecto de raíz
Pep conocía por experiencia cómo funcionaba el FC Barcelona como institución, en diferentes niveles y roles, lo que le aportó una perspectiva más amplia de sus necesidades y retos al momento de tomar decisiones críticas para el club. Del mismo modo, sabía cómo era visto el equipo en el exterior, estaba familiarizado con los rivales y posibles aliados que existían en el mercado.
Este conocimiento profundo, complementando el aspecto técnico y estratégico que pudiese dar a los jugadores, le dieron la pauta para saber qué hacer para maximizar el potencial del Barça en pos de objetivos específicos, equilibrando los retos y oportunidades para obtener el resultado deseado.
2. Dar valor a la disciplina
Cuando Guardiola fue nombrado oficialmente como DT del primer equipo, el Barcelona se enfrentaba a una crisis de disciplina que afectaba más que el rendimiento de los jugadores. Grandes figuras futbolísticas, de la talla de Ronaldinho y Eto’o, protagonizaban la plantilla del club, donde si bien su aportación había dado una racha ganadora al equipo, su comportamiento y actitud era también un lastre para la organización, y previo a la asignación de Guardiola empezaba a reflejarse también en los resultados deportivos.
Tras negociar con las estrellas del Barça y fijar acuerdos que jamás serían cumplidos, el DT hizo valer su autoridad al vender a los jugadores problemáticos y apostar por el desarrollo de sus propios astros desde la cantera de divisiones inferiores. Esto funcionó de manera inimaginable, al grado que le dio la oportunidad al jugador mejor pagado del mundo en nuestros días: Lionel Messi.
3. Establecer un plan
El director técnico suele referir a que, debido a su falta de robustez física, tuvo que compensar en la cancha con un estilo de juego basado en la inteligencia. De ahí que esta visión se tradujera en una estrategia directiva metódica, estudiada y con mucho peso teórico.
Guardiola analizaba profundamente a la competencia para encontrar sus brechas y puntos fuertes, de modo que al momento del pitazo inicial los jugadores conocieran la ruta más óptima para acumular goles, burlar a la defensa o mantener el balón, según correspondiera.
4. Reinventar el trabajo en equipo
Guardiola retoma una propuesta de Cruyff, su mentor: el fútbol total. Desde la perspectiva del técnico Catalán, la adaptación de los principios de esta mecánica al Barça le permitieron tener la versatilidad suficiente para adecuarse a las condiciones de cada partido ofreciendo siempre algo diferente.
A diferencia de lo establecido por Cruyff, más orientado a anotar y presionar al equipo contrario, Guardiola busca establecer un esquema de fútbol total más balanceado, donde la fuerza del músculo defensivo se vuelve una prioridad para el Barcelona, siempre y cuando todos comulguen con la premisa clave del método: retener el balón el mayor tiempo posible.
5. Motivación para ir más allá
Del mismo modo que la gestión de Guardiola tuvo una visión democrática en el campo de juego, esta perspectiva se extiende también al cuerpo técnico. No en términos de que pudiesen alternar sus funciones, sino de que se fomentaba el considerarlos miembros fundamentales del equipo, al mismo nivel de los jugadores, llevando incluso a médicos y terapeutas a celebrar el triunfo en la cancha junto con el resto del club.
Además, el trato personalizado fue un distintivo del DT con todos los miembros del Barça, ya que el conocimiento de sus colaboradores debía ser mucho mayor que el que tenían de los rivales. Así, Guardiola conocía e interactuaba cercanamente con los jugadores, dándoles retroalimentación y guiándolos uno por uno para potenciar sus habilidades y sentirse útiles y necesarios.
27-06-2018 / GS1 Perú