La trazabilidad alimentaria se ha convertido en un elemento esencial en la mayoría de empresas, especialmente en las pertenecientes al sector alimentario, agricultura y ganadería. Las constantes amenazas de contaminación, transmisión de enfermedades o bioterrorismo, han provocado una preocupación cada vez mayor en el consumidor, por lo que ha crecido, a su vez, la necesidad de controlar de manera más efectiva la procedencia de los alimentos y su paso por las distintas etapas de fabricación.
Varias organizaciones de ámbito internacional, como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la OMS (Organización Mundial de la Salud), le han dado un gran reconocimiento a la trazabilidad y han expresado públicamente que debe considerarse como un elemento fundamental que ha de ser regulado por todos los países.
La compañía Eurofrits considera que el seguimiento de un alimento de esta manera puede aportar la información necesaria para conocer todos los elementos que han participado en su producción, así como todas las vías seguidas hasta llegar a su comercialización.
Esto sería muy útil ante cualquier problema o accidente con los alimentos, pudiendo localizar en todo momento, de forma fácil y precisa, los lotes de producción y todos los elementos que hayan estado en el origen del problema.
La trazabilidad, entonces, sirve para tener la capacidad de identificar los proveedores de una industria, así como las materias primas que han sido incluidas en el proceso de producción, los envases y cualquier otra sustancia que haya sido empleada. Por ello, se considera que la trazabilidad sirve para mejorar la calidad de los alimentos.
16-03-2018 / GS1 Perú