Imagine un supermercado donde usted no tenga que hacer fila para pagar. Solo entra, toma su producto y se va rápidamente. Es una visión de las tiendas del futuro, pero Amazon ya la hizo realidad.
El lunes pasado, el gigante del comercio electrónico inauguró Amazon Go, una tienda, ubicada en Seattle (EE. UU.), que funciona sin cajas y en donde solo es necesario descargar una aplicación y tener una cuenta de Amazon, vinculada a una tarjeta de crédito, para adquirir un producto.
La mecánica es sencilla. Al ingresar a la tienda, cada usuario debe escanear un código QR, generado por la ‘app’, en unos módulos ubicados en la entrada, similares a los usados en los sistemas de transporte público.
Adentro hay un sistema de cámaras y sensores que siguen los movimientos de las personas e identifican cuando alguien toma un producto. Todo lo que escoja el cliente es automáticamente añadido a su cuenta virtual a través de la aplicación y el pago se efectúa unos minutos después de que el cliente sale de la tienda.
Pero ¿cómo funciona exactamente esta tecnología?
Las cámaras, que están en el techo, y que cubren cada centímetro cuadrado de la superficie desde diferentes ángulos, hacen uso de lo que se conoce como visión computarizada, que se refiere a los procesos que permiten que una máquina pueda interpretar las imágenes que recibe para reconocer el tipo de objeto y su posición.
La información es enviada a un centro de procesamiento y, gracias al uso de técnicas de aprendizaje profundo, el sistema genera un patrón de identificación de cada persona, que puede tomar en cuenta diferentes aspectos físicos como la vestimenta, por ejemplo, para seguir todo su recorrido.
De esta forma, el sistema reconoce cuándo un artículo ha sido retirado de su puesto y quién específicamente lo ha tomado. Los estantes, por su parte, cuentan con sensores de peso que detectan cuántos ítems exactamente se han retirado. En el proceso, las cámaras escanean un código, que está en la etiqueta de cada producto, y lo agregan a la cuenta del usuario.
En pocas palabras, al entrar en la tienda, el cliente queda representado como un objeto 3D, lo que le permite al sistema seguir sus movimientos e identificar las interacciones con los productos.
30-01-2018 / GS1 Perú