La cifra es preocupante: la pobreza en el Perú aumentó 1% el 2017. Es decir, hay 375,000 nuevos pobres que se suman a los 5.9 millones existentes.Al enterarse de esta estadística del INEI, el presidente Martín Vizcarra señaló que es “inaceptable” el rebote en la pobreza y llamó a la unión de todas las autoridades para retomar la trayectoria a la baja.
Lo cierto es que, detrás de la subida de la pobreza a nivel nacional, existe una divergencia entre las regiones del país. Las cifras revelan que en la mayoría de zonas con las tasas de pobreza más altas se logró reducciones durante el año pasado. Tal es el caso de Cajamarca, Huancavelica, Apurímac, Ayacucho, Amazonas, Puno o Piura. En tanto, en regiones con menos pobreza se lograron reducciones muy pequeñas o hubo incrementos.
“La razón de esta divergencia es que a menor pobreza es más difícil combatirla”, afirma Víctor Fuentes, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE). En ese sentido, explica que la tendencia de la pobreza en cada región responde a la dinámica de su economía, empleo e ingresos.
Según el economista Luis Gonzáles Izquierdo “la pobreza ha aumentado debido a la paralización de los grandes proyectos como Chavimochic o la Línea 1 del Metro de Lima. Tenemos que atraer la inversión, pero la gran inversión y así aceleraremos la economía”, dice Izquierdo.
“El dinamismo de la economía es tan relevante en la evolución de la pobreza que el motor de crecimiento en cada región determina estructuralmente las diferencias en este indicador cuando se evalúa su evolución por regiones”, sostiene Pablo Lavado, profesor de la Universidad del Pacífico.
Pablo Lavado asegura que el caso de Cusco, región que registra la mayor alza en la tasa de pobreza (4,8 puntos), obedece a que los conflictos sociales golpearon su principal actividad económica, el turismo. “Si no hubiera habido programas sociales en marcha –considera Lavado–, el incremento de la pobreza habría sido mayor en el 2017”, dice.
“Hay que ajustar el cuadro de intervenciones. La situación demanda inyectar recursos en grupos vulnerables, por ejemplo pacientes de TBC o adultos mayores sin cobertura de pensiones que se encargan de personas con discapacidad. Ese tipo de programa generaría [impacto] en el corto plazo”, afirma Federico Arnillas, presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza.
Lo cierto es que problemas como la corrupción política han hecho que se parelicen obras de gran envergadura y que se inviertan, por otro lado, miles de millones de soles en proyectos que hasta ahora no funcionan. Es hora de trabajar limpio por el Perú.
26-04-2018 / GS1 Perú