Dirigir a un empleado desorganizado suele ser una experiencia desesperante. ¿Cómo puede ayudar un informe desordenado a generar mejores sistemas? ¿Cómo puedes explicar en casa la importancia de estar pendiente de las reuniones y correos electrónicos? ¿Y es posible ayudar a una persona con su inclinación natural al desorden?
Incluso si eres del tipo de personas que tienen un escritorio ordenado y llevas una lista de quehaceres diarios, puede ser frustrante y estresante dirigir alguien desordenado. No tener la seguridad si se cumplirán las fechas de entrega genera ansiedad y además tendrás frustración y enojo al no poder comprender su diferencia. Enfrentar el problema es un reto, pero necesario. La clave estará en expresar lo que tu equipo necesita y lo que tú necesitas como jefe para que sea lo más efectivo posible.
¿Qué hacer? Determina si los desafíos organizacionales de tu trabajador están impactando el desempeño de tu equipo. Explica cómo mejora la organización cuando tu trabajador está en su mejor interés profesional. Invoca la compasión, puede que no sepamos los problemas por los que atraviesa esa persona para ser productivo.
¿Qué no hacer? Mimar, ayuda a tu trabajador a comprender el impacto y consecuencias de su desorganización en el equipo. Mantener tus propias estrategias de organización para ti mismo, debes compartir cómo manejas las situaciones con tus empleados. No seas impaciente: progresar toma tiempo y tendrás que reconocer el esfuerzo y los logros de tus trabajadores.
Amy Brachio, una socia de EY Global y especializada en administración de riesgos, comentó para la Harvard Business Review el caso de “Zack”, un empleado cuya desorganización y falta de disciplina causaba decepción en el equipo cuando cancelaba reuniones a última hora con compañeros y clientes. Aunque tenía talento y habilidades para resolver problemas, era conocido por ser poco fiable.
Amy hizo conocer sobre estos defectos a Zack y cómo afectaban a él y la organización. Luego se concentró en prácticas de liderazgo para utilizar mejor a sus asistentes ejecutivos y contar con el apoyo del resto de su equipo durante las reuniones. Luego, Zack empezó a emplear los consejos. Aunque luego determinaron que no estaba en el rol adecuado para la organización y pasó a tener un nuevo puesto donde pudo mantener una buena reputación con clientes y trabajadores.
17-01-2019 / GS1 Perú