En medio de la crisis institucional que amenaza la inversión privada en el país, GS1 Perú conversó con el reconocido economista Carlos Parodi para analizar el peligro de la inestabilidad política y jurídica en la economía nacional.
Venimos de una crisis política en diciembre y entramos a otra. ¿Qué tanto puede afectar a la inversión?
El principal impacto que tienen los problemas políticos apunta a las expectativas. Cuando los inversionistas y consumidores perciben que estos problemas crecen de manera muy fuerte, como es el caso del problema actual, empiezan a temer respecto al futuro. Y ese temor se manifiesta en una postergación de decisiones. Es decir, no toman créditos hipotecarios, no compran determinados bienes, eligen no invertir ahora sino después. Este conjunto de decisiones hace que se frene la economía. Este problema político está golpeando y afecta negativamente a la economía.
Luego de la crisis política que llevó a la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, las cifras volvieron a ser positivas. ¿A qué se debió?
Dos razones explican el crecimiento de este año. La primera tiene que ver con el aumento del precio internacional de los metales, que ha fomentado el incremento de las exportaciones tradicionales. El segundo factor tiene que ver con un efecto rebote, es decir, si comparamos las cifras del primer trimestre de este año con las del mismo período del año pasado, la cifra no es tan buena como uno cree.
También creció la proyección del BCR para el 2019...
Sí, pero es una proyección muy difícil de hacer. Yo no me atrevería a hacer ninguna proyección, considerando la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que cambia todo el panorama. El cobre ya comenzó a caer a consecuencia de esta guerra comercial y gran parte del sostenimiento de la proyección son los precios de los metales hacia el alza.
¿Debemos mover la atención a lo que sucede afuera?
Tenemos que concentrarnos bastante en lo que se puede hacer adentro, pero hay que ver lo que ocurre afuera. La guerra comercial entre China y Estados Unidos, que recién comienza, puede escalar a proporciones enormes. Eso puede traer un fuerte estancamiento del comercio mundial. En la historia económica de la humanidad, el estancamiento siempre ha sido acompañado de un estancamiento en el crecimiento económico mundial. Estamos ante una situación que el mundo no vivía desde 1930. Perú debe ver con más cuidado el tema, porque va a tener un impacto sobre metales y una serie de productos que en el mundo se comercia con ambas potencias. Esta guerra arancelaria sí afecta a nuestro país.
Regresando a nuestra economía, ¿cuáles son los principales retos que enfrenta el Gobierno en esta materia?
Son dos retos grandes. Uno es reducir el déficit fiscal y esto pasa por ajustar los gastos públicos hacia la baja y, en simultáneo, incrementar los ingresos tributarios. En términos más simples, significa sanear las finanzas públicas. El otro gran reto es aumentar la inversión privada. Si vemos las cifras del 2017, el consumo privado, que representa más del 70% de la demanda interna del país, ha crecido muy poco.
¿Qué ocurrió con el consumo privado?
El consumo privado crece menos y esto significa que la gente está comprando a un ritmo menor. Esto tiene que ver con el empleo. Si la gente compra menos, las empresas necesitan producir más, pero a un ritmo de crecimiento cada vez menor. Por esto es que el empleo en el sector formal cayó 3% y se registró el aumento del empleo informal en medio millón de personas. Es el resultado de un crecimiento lento de la inversión privada. El segundo gran reto es aumentar la inversión privada para que, con ello, aumenten el empleo y el consumo.
Sobre la informalidad, ¿cómo apuntar a su reducción?
Más del 70% del empleo en el país se da en el sector informal, así que cualquier medida que se tome debe hacerse con sumo cuidado. Además de no pagar impuestos, los trabajos que tienen son de muy baja productividad y asociados a ingresos muy pequeños que les impiden progresar. Pienso que las personas van a preferir pagar impuestos cuando vean que, como consecuencia de ese pago, tienen una ciudad más ordenada, menos insegura, mejor educación, mejor salud pública, etc. Si no ven el impacto de pagar impuestos, no lo harán, sobre todo con la tremenda corrupción que uno mira. La tendencia natural es no pagarlos. El tema es difícil, pero ahí tienes otra reforma, una muy grande que no creo que el gobierno actual pueda ponerla en marcha en el tiempo que le queda.
15-08-2018 / GS1 Perú