Todas las mañanas los colaboradores de la empresa Entel Perú llegan a su trabajo en un bus, en San Isidro. Lo hacen en Entel pool, un programa de car pool cuyo objetivo es transportar a sus colaboradores pero también pretende mitigar las emisiones de CO2 y reducir el tráfico limeño. En un año han realizado más de 1.000 viajes equivalentes a más 9,500 kilómetros compartidos y se evitó que más de 2 toneladas de CO2 sean lanzadas al medio ambiente. Por su parte, Cencosud Perú, dueños de Supermercados Wong e Hipermercados Metro, inició una campaña para reducir el uso de bolsas plásticas al revelar una cifra estremecedora: en el Perú, al año, se consumen 3 mil millones de bolsas y cada una tarda unos 400 años en descomponerse. Aunque las compañías mencionadas lo hacen como parte de su propuesta de responsabilidad social, cabe preguntarse: ¿cuánto ahorra una empresa al ser sostenible? ¿Ser sostenible puede ser rentable para las organizaciones en el mundo?
Según el Foro Económico Mundial, solo en las principales economías del planeta, el ser sostenible puede generar un ahorro cercano a los dos billones de dólares. Pero para Augusto Ayesta, profesor a tiempo completo de la Escuela de Postgrado de la UPC, la sostenibilidad va más allá de un ahorro. “Implica tomar decisiones hoy que no afecten al medio ambiente. En realidad no estamos hablando de ahorro, estamos hablando de la supervivencia de la empresa. Las compañías que no incluyen la sostenibilidad en su planeamiento estratégico de corto, mediano y largo plazo desaparecerán”, señala. ¿Cómo así?
Por un mundo mejor
La sostenibilidad –asegura Ayesta– está con nosotros desde 1987 como resultado de una recomendación: el informe Brundland a las Naciones Unidas. Desde entonces en el mundo se están haciendo esfuerzos por dejar un planeta mejor para futuras generaciones. “Las empresas que promueven la sostenibilidad tienen ventajas competitivas sobre las que no lo hacen y el cliente valora dichos esfuerzos, porque los involucran a ellos como parte de la generación del valor económico que impacta directamente en la mejora de su ambiente, comunidad, hogar, colegio, hospital”, señala.
Es decir, ser sostenible no solo permite ahorrar dinero y tener un enfoque de responsabilidad social, sino también genera personas que siguen a las marcas, como sus hinchas, como lovemark. En ese sentido, la consultora GlobeScan realizó en 2016 un estudio en 21 países en el que identificó que los consumidores aspiracionales son ya un 40% del público global. Les gusta comprar, pero de una manera responsable, y apuestan por marcas que mejoran la sociedad. Un 47% de ellos son millennials (entre 20 y 36 años), un 37% pertenecen a la generación X (entre 37 y 56).
Y es que la solución de los problemas sociales no solo debe quedar en manos del Estado –como afirma el gurú de la Competitividad Michael Porter– la empresa, además de generar valor económico, debe crear valor para el medio ambiente y la sociedad, no solo como una actividad de caridad sino como parte del propio negocio. Así, la sostenibilidad se ha convertido en una necesidad para los negocios y el mundo.
18-04-2019 / GS1 Perú