El crecimiento de la economía peruana a pesar de sus trabas burocráticas, y una clase política que no genera un marco propicio para la promoción de inversiones, son algunas postales de nuestra historia reciente y que vemos con mayor claridad en tiempos de crisis. GS1 Perú dialogó con el director del Área de Economía del PAD (Universidad de Piura) y ex director de la Superintendencia de Banca y Seguros, Juan José Marthans, acerca del crecimiento de nuestra economía y el papel del empresario peruano para impulsar un desarrollo sostenible en el país.
¿Cuáles son los mayores problemas para el crecimiento económico del país?
Se han perdido muchas oportunidades que debieron apuntar a un adecuado aprovechamiento de nuestro potencial para generar valor a favor de la actividad económica del país. Una muestra es que Perú es limitado en sus ámbitos estructurales. Hay reformas estructurales pendientes, déficit en infraestructura, problemas serios con la calidad del Estado y, claro está, una carencia de institucionalidad casi plena. Todo esto está asociado a la escasa efectividad y aporte de nuestro frente político.
¿En qué medida este se desentiende de impulsar el crecimiento económico?
El ámbito político de nuestro país no entiende la importancia estratégica de medidas pendientes que posibilitarían el incremento de nuestro PBI potencial. No avanza y, en algunos casos, entorpece el avance. Medidas como el CTS ligado a ESSALUD demuestran que hasta indirectamente disponen de iniciativa indirecta en materia de gasto. Eso es populismo, eso no denota preocupación por el país.
¿Qué hace para sentar las bases de una política sin trabas y a favor del desarrollo?
Hay que revisar todo el bagaje legal detrás de nuestra realidad política y electoral. ¿A quién le encargamos esto, al Congreso? Por favor, eso es una mofa para todos los peruanos. Hay que dar una solución más estructural al país. Hay que reorganizar el Estado. Si dejamos que nuestros actuales políticos lo hagan, vamos a tener 200 años más de atraso.
Si no es la clase política, ¿cómo se traza una reforma de esta envergadura?
Algunas economías, que han superado el insuficiente desarrollo económico, han recibido el aporte independiente y altamente calificado de ‘think tanks’ de clase mundial. El caso de Singapur, por mencionar solo un caso, puede ser un referente inicial. Se busca un mínimo de consenso sobre la base de un nuevo Gobierno donde participen el frente de los gremios empresariales, el frente representativo de los trabajadores del país y la sociedad civil. Cada presidente de turno deberá considerar explícitamente esta ruta. Este será una suerte de Plan Estratégico Nacional.
¿Cuáles serán estos objetivos?
Se buscarán establecer metas en cuatro frentes: reducir el déficit de infraestructura, recomponer el marco institucional del país, proveer un mínimo de ordenamiento y priorización en las reformas estructurales y, finalmente, en la modernización integral del Estado. Se solucionan estos frentes y el país emprende el camino al éxito. No hay duda.
¿Cuál debe ser el rol del empresariado peruano ante esta coyuntura?
Necesitamos un sector empresarial mucho más comprometido con el quehacer político del país y con la necesidad de ejecutar cambios de naturaleza integral y estructural. No queremos que se conviertan en políticos, queremos únicamente que participen más de la vida activa del frente público del país. Un empresario con 30 años de experiencia y éxito comprobado, podría ser el mejor candidato para ser ministro de Economía.
¿Y qué puede hacer el empresario peruano para mitigar los daños de una crisis?
Solicitar, por ejemplo, métrica en la ejecución de políticas públicas y exigir rendimiento de cuentas. El sector privado debe exigir rendimiento de cuentas al sector público. El sector público es financiado con el aporte del sector privado. El problema es que aportamos, pero no hay evaluación directa del desempeño público. No hay métrica suficiente y menos compromisos.
¿Qué hace el empresario frente a la baja de inversiones por el clima político?
La agroexportación está creciendo cada año y de manera imparable. La inversión extranjera en este sector sigue viento en popa. Esto indica que el Perú está lleno de oportunidades independientemente del frente político. En el corto plazo, reitero, se puede generar valor y riqueza a pesar de lo mal que está la política. Claro que esto tiene un límite, pero hasta ahora se sigue creciendo con “cuerdas separadas”. Creo que las oportunidades de negocio en el país son tan grandes y la calidad de su gente es tan destacada que Perú sigue creciendo. El largo pazo es el problema de fondo.
29-09-2018 / GS1 Perú