Una compañía que creció a un ritmo de 14% anual durante quince años se vio de cara con la disrupción tecnológica y en el afán de innovar casi terminan en la quiebra. Sin embargo, aprendieron de los errores y se colocaron como líderes globales. Esa es la historia de Lego, una valiosa lección de aciertos y desaciertos en la innovación que nos cuenta David Robertson, autor de “Brick by Brick”, un libro en el cual ahonda sobre el proceso y lecciones de innovación de Lego en el XXIII Expogestión.
¿Cómo Lego se vuelve un referente de innovación para otras compañías?
Lego es una compañía que experimentó con diferentes maneras de innovar. Algunas funcionaron un tiempo, mientras otras dejaron de hacerlo. Otras inclusive casi ponen a la compañía fuera del mercado. Así que Lego tiene una historia interesante, no por el juguete que fabrican, sino por la forma como la compañía experimentó con diferentes estrategias de innovación. Las compañías pueden aprender mucho de estos aciertos y errores.
¿Qué sucedió con Lego para iniciar su proceso de innovación?
Por quince años, desde 1978 a 1993, eran muy exitosos con solo sacar una nueva caja de Lego al mercado. Durante ese tiempo crecieron 14% por año. Pero en los 90 eso cambió, los niños empezaron a jugar con el Nintendo y demás videojuegos. Esto llevó a Lego a pensar que sus ladrillos de plástico eran obsoletos y que nadie más los quería.
¿Cuándo entra en crisis Lego?
En 1997, dos años antes de la crisis estadounidense, Clayton Christensen, de la Harvard Business School, publicó su libro sobre tecnología disruptiva y cómo las nuevas tecnologías estaban irrumpiendo en los negocios que por entonces existían. Lego consideró esto cierto e intentó recrear el futuro de los juegos. Empezaron a crear todo tipo de nuevas formas de juegos y casi se ponen ellos mismos fuera del mercado.
¿Qué ocurrió mal?
Creyeron que si toda su oferta era otra caja de legos, se volverían bienes que podrían salir del mercado. Eso era mitad acertado y mitad errado, la diferencia estaba en la suficiencia y la necesidad. No era suficiente lanzar una nueva caja de legos, tenían que hacer más. Lo que no consideraron era que si bien no era suficiente, era necesario.
Lego aprende su primera lección
Cuando Lego deja los bloques o ladrillos y empiezan a hacer juguetes sin ellos, sus clientes dejaron de tener un motivo para comprar los legos. Así que es una buena lección para cualquier compañía pensar “¿cuál es tu ladrillo (lego)?”. ¿Cuál es esa parte de tu compañía que hiciste ayer, que harás hoy y que harás mañana? Tienes que buscar la pieza por la que tus clientes dependen de ti.
Identificar la pieza clave de la compañía...
Y si no es suficiente, tal vez la respuesta correcta, como lo vio Lego, es no dejar tu producto e intentar algo completamente diferente. En su lugar, pensar qué más se puede agregar al producto que lo haga más valioso, útil e irresistible, y más para nuestros clientes. Muchas compañías han usado esta estrategia para innovar: pensar no solamente en el producto sino alrededor de él e incluso fuera él. No lancemos fuera la esencia de nuestro negocio muy rápido, innovemos a su alrededor.
¿Cuál es la idea más importante cuando pensamos en innovar?
La innovación es como ser un buen carpintero. No debemos tener solamente un martillo entre nuestras herramientas, debe estar también el serrucho y el destornillador. Algunas veces solo debemos concentrarnos en hacer nuestro actual producto mejor, y otras revisar cuál es la tecnología de la que todos hablan y tal vez sumar aquello a nuestra oferta. Respetemos nuestros productos y tengamos en cuenta que muchos clientes confían en ellos e innovemos a su alrededor.
29-10-2018 / GS1 Perú